Desperté en sus ojos cansados,
ocultos en sus silencios,
detrás de las sombras del alma.
Desperté en sus voces ansiosas,
en sus palabras que imploran...
en sus manos que abrazan la vida...
en sus manos vacías... en sus sueños dormidos.
Descubrí en soledad...
el último cuarto oscuro de mi alma.
descansé en sus cuevas de frío...
Desperté con sus manos entre mis manos,
con mi alma en sus almas...
¡¡¡Desperté!!!...
las voces dormidas de mi ser.
Las golondrinas de mi pecho desplegaron descaradamente sus alas
y un arco iris una mañana cubrió mi cielo,
para quedarse a pintar mi alma eternamente y no olvidar que...
Desperté en sus ojos cansados, ocultos en los silencios,
detrás de las sombras del alma.
Por Angélica García